
Un paseo por la calle Moganshan, famosa por albergar espacios de arte chino contemporáneo, permite comprobar que en la ciudad de Shanghai la modernización no sólo afecta a la arquitectura y al urbanismo de la metrópoli sino que los jóvenes chinos apuestan por el grafiti como medio de expresión.
Los grafiti son casi inexistentes en China, y pintarlos en los muros de las calles de la capital económica y financiera de China no es legal, aunque a los artistas se les está permitiendo pintar, de modo seguro y sin temer al arresto, en las calles adyacentes a las nuevas zonas artísticas de la ciudad.
En la calle Moganshan, donde sus miembros pueden pintar sin miedo a la policía, la “Banda Oops” ha realizado dos proyectos de tamaño mural en el que participaron todos los miembros de esta pandilla.
Shanghai acogerá el próximo año la Exposición Universal de 2010 y los esfuerzos por parte de las autoridades locales para embellecer la ciudad son evidentes, mientras se están construyendo carreteras, demoliendo casas viejas y construyendo nuevas viviendas de decenas de pisos.
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