
Su entorno no puede ser más tentador: por el norte, la Bola del Mundo y La Maliciosa; al este, Los Almorchones y el Cerro de las Cabezas; al oeste, el Cerro del Castillo y la Dehesa de las Golondrinas, y al sur, el embalse de Guadarrama.
A ello suma su situación en el mismo pueblo de Navacerrada, a sólo unos kilómetros de su estación de esquí.
En la parcela de más de 7.000 m2 en la que se enclava no falta de nada: jardín con piscina, pista de tenis, terraza, parque infantil.
Pero tampoco en su interior: cafetería-tetería, pub de estilo inglés con billar, salón de reuniones y restaurante con una sugerente carta-menú centrada en la cocina de temporada. En su treintena de habitaciones, entre las que sobresalen las dos junior suite y las tres suites, predominan la madera y el hierro forjado. Y no te pierdas el amplio abanico de propuestas de ocio para el tiempo libre que se ofrecen a los alojados en el hotel.
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