
La Mina El Nopal (1868), aquí se realiza una actividad poco usual para una mina, una obra de teatro. Así que sin dudarlo, nos dirigimos al lugar para ponernos el casco y descender por sus túneles; a nuestro paso distintos personajes fueron apareciendo por los rincones, vestidos como hace más de 100 años, trabajando como entonces, dos de ellos se convirtieron en nuestros anfitriones y acompañados de música, nos llevaron a un teatro natural, una galería que antes funcionó como capilla.
Ahí, a media luz, nos acomodamos en las bancas y comenzó la función…
Las actuaciones, narraciones, mosaicos de bailes tradicionales y los escenarios naturales de Guanajuato entre tierra de galeras, nos hizo vivir lo que era la vida ahí abajo: el trabajo, las diversiones, las diferencias sociales, la producción de plata y el antiguo esplendor de la ciudad. A fondo y de forma muy disfrutable, ahí en el Guanajuato subterráneo, conocimos un pedacito más de su historia.
El Nopal abrió desde hace años sus puertas al público para dar a conocer todo sobre el trabajo en una mina de plata; ahora además, lo lleva de la algarabía de nuestras tradiciones a la solemnidad de la muerte y la emoción de una Revolución naciente, ahí mismo, en sus túneles y galeras
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