
Temascalcingo adquiere su nombre por los “temascales” o baños de vapor a la usanza prehispánica Es cierto que la naturaleza le obsequió a este municipio un magnífico manantial de aguas termales, llamado hoy “El Borbollón”. El tiempo le ha dado también construcciones magníficas, cabe aquí destacar la belleza de las ricas e importantes haciendas fundadas en el siglo XIX, una de las más recomendables es la de Salís, con sus vistas naturales. No hay que olvidar que es un pueblo agrícola de clima templado, sus cultivos de maíz, trigo y frutos como durazno, manzana y ciruelo hacen de él un paisaje de acuarela que se recorre con todos los sentidos. Te llevarás un buen recuerdo si lo visitas en invierno, cuando el lugar se inunda con el aroma de las flores de durazno.
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